"Dile a mi familia que morí bien" Dice un pastor antes de morir por negarse a volver al Islám

 International Christian Concern - La afilada hoja de un machete cortó las cuerdas que unían los pies del pastor Ojih. Unas manos ásperas lo levantaron del suelo donde había estado acostado durante horas, cantando alabanzas a Dios con la mejilla presionada contra la tierra.

El pastor Ojih y varios otros cristianos habían sido capturados por islamistas radicales, atados y abandonados para contemplar su destino bajo el calor abrasador del sol de Nigeria. Se les dijo que se pusieran de pie y decidieran su destino.

“Si quieres vivir para Cristo, ve a este lado”, dijo su captor, señalando con la mano a un hombre vestido de blanco con una espada que se mantenía apartado de los cautivos. "Si quieres ir por Mohammad, quédate donde estás".

El pastor Ojih abrió el camino para aquellos que defenderían a Cristo con un cántico de alabanza que salía de sus labios. Le siguieron otros siete. Observó, con lágrimas en los ojos, cómo los hombres que se volvieron al Islam para salvar sus vidas comenzaban a recitar los votos árabes de convertirse al Islam.

El pastor Ojih se arrodilló frente a su verdugo y se le dio una última oportunidad. Su verdugo levantó su espada y le preguntó si quería vivir como musulmán o morir como cristiano.

El esposo y padre de cuatro hijos se volvió hacia sus compañeros y pronunció sus últimas palabras. “Si sobrevives, dile a mi familia que morí bien y que estoy viviendo con Cristo. Y si todos morimos, sabemos que morimos por el Señor ”.

Después de escuchar los testimonios de tantos mártires a lo largo de los años, me sorprende el hecho de que, relato tras relato, encontrará que la muerte del mártir a menudo implica una elección consciente. Se les da la opción de alejarse de Cristo y vivir o morir en Cristo.

Si usted es como la mayoría de las personas, cuando lee relatos como el pastor Ojih y estos primeros cristianos, se sorprende por su valentía y probablemente se pregunte: “¿Podría hacer lo que ellos hicieron? ¿Podría morir como testigo fiel con una espada al cuello? "

En Lucas 14:33, Jesús dice: "Cualquiera de ustedes que no da todo lo que tiene, no puede ser mi discípulo". ¿Estamos dispuestos a entregar todo, incluso nuestra propia vida, por Dios? Él exige nuestro todo y, sin embargo, nos reprimimos. Nuestro amor por el mundo y sus comodidades a menudo rivaliza con nuestro amor por Aquel que nos ofrece el mayor de los tesoros, un amor incondicional e incomprensible y el regalo de la vida eterna.

Jesús nos llama en Mateo 22 a amar al Señor con todo nuestro corazón, alma y mente. Los mártires son un ejemplo inspirador de cómo es amar al Señor con todo lo que está dentro de nosotros. No solo están dispuestos, sino que están eligiendo a propósito dar su propia vida para demostrar cuán invaluable es el amor de Dios. Consideran el costo de su vida como un pequeño precio a pagar por la gran recompensa de ser hallados fieles en Él.

El destino de Ojih y los apóstoles quedó sellado mucho antes de que se encontraran con su verdugo. ¿Por qué? Porque habían encontrado el tesoro supremo que valía todo para ellos. Es por eso que la muerte (vida eterna) es su elección.

Entonces creo que una pregunta más importante es: ¿Podemos vivir como el pastor Ojih?