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¿ Quiénes eran Filemón, Onésimo y el diácono Burrhus ? | Onésimo de esclavo a obispo de Éfeso | Libro de Filemón

 Filemón fue un cristiano próspero de la ciudad de Colosas, en Asia, que había sido convertido gracias a la predicación de Pablo. 

Posiblemente, era un líder en la iglesia, ya que Pablo lo menciona como un colaborador de él y de Timoteo (Filemón 1:1) "...al amado Filemón, colaborador nuestro...". Además de que la iglesia en colosas se reunía en su casa, Pablo saluda a su esposa y su hijo, además de la iglesia que pastoreaba: "..a la amada hermana Apia, y a Arquipo nuestro compañero de milicia, y a la iglesia que está en tu casa..." (Filemón 1:2).

¿ Quienes eran Filemón Onésimo y Burrhus?


Según nos dice la Biblia, uno de sus esclavos, Onésimo, huyó a Roma y le habría robado en su escape (Filemón 1:18).

Mientras estaba en Roma, Onésimo oyó la predicación de labios del apóstol Pablo y se convirtió al evangelio (Filemón 1:10). 

Pablo se complace al tener junto a él a Onésimo (Fil. 1:13), pero sabe que lo correcto es enviarlo a Filemón, quien según la ley romana todavía era su amo. Entonces Pablo envía a Onésimo de regreso a Filemón con una carta. Tíquico lo acompaña ( Ya que era quién llevó las cartas que escribió Pablo en la prisión en Roma [Col 4:7 ; Efesios 6:21] ), para pedir a Filemón como gesto de amor, que le de la libertad a Onésimo (Fil. 1:15-18.

Colosenses 4:7-9

"Todos mis asuntos os los hará saber Tíquico, hermano amado y fiel ministro y consiervo en el Señor, a quien os he enviado para esto mismo, para que conozca cómo os encontráis, y consuele vuestros corazones, con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros".

La epístola que lleva su nombre en la Biblia, es la epístola que Pablo le envía, haciéndole este pedido en la carta.

Pablo la escribe en prisión, en roma, el mismo periódo en que escribió la epístola a los filipenses, a los colosenses y a los efesios. 

Filemón fue escrita entre el año 60 y el año 61 después de Cristo. Esta carta, es la más breve de las epístolas de Pablo.

El libro de Filemón, es una sorprendente anología de la historia redentora del evangelio. Pablo le ruega a Filemón, perdone a Onésimo y lo restaure aún más allá de su posición original de esclavo. 


Ahora él puede ser un hermano en Cristo, útil para todos los miembros de la iglesia. A Filemón se le recuerda su deuda para con Pablo, pero el apóstol ofrece pago por cualquier pérdida en que haya incurrido 

Filemón, según la tradición aprovecha esta oportunidad para darle libertad a Onésimo y lo mandó a reunirse de nuevo con San Pablo. Según cuenta Jerónimo de Estridón, un cristiano del siglo IV .

Pero la historia de Onésimo no termina allí, ya que se volvió un predicador cristiano y luego Obispo de Éfeso ordenado por el Apóstol Pablo.

Esto lo confirma Ignacio de Anioquía en su carta a la iglesia de Éfeso. Ignacio de Antioquía, fue un obispo de la iglesia primitiva, y considerado entre los padres apostólicos.

"A toda vuestra comunidad recibí, en el nombre de Dios, en Onésimo, varón de calidad inenarrable y obispo vuestro según la carne. Votos le hago a Dios por que le améis según Jesucristo".

En el mismo párrafo, Ignacio resalta el respeto por Onésimo, y asi mismo, el valor que la iglesia de allí debía de tener de él.

 " ¡Y ojalá que todos os asemejéis a él! Porque bendecido sea Aquél que os hizo gracia de que merecierais poseer obispo semejante...".

Luego, Ignacio atestigua sobre la iglesia de Efesios, como una iglesia disciplinada.

"Onésimo levanta al cielo, con sus alabanzas, vuestra disciplina en Dios".

Según la carta, Onésimo había ido a visitar a prisión al Obispo Ignacio con algunos miembros de su iglesia, en el cual  mencionaremos al diácono de Onésimo, Burrhus.

(Epístola de Ignacio a los Efesios, Párrafo I : 3 / II : 1).

Burrhus, según la tradición, fue el prefecto del pretorio romano, jefe de la guardia que cuidó al apóstol Pablo en su prisión en Roma. El cual, habría permitido al apóstol estar preso en una casa común hasta su audiencia con el emperador. Allí pudo haber conocido el evangelio y a Onésimo.

Posteriormente, y según la tradición, Onésimo fue apresado y llevado a Roma, donde murió lapidado.


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