Iglesia Anglicana retrocede en discutir sobre el casamiento LGBT por la presion de los progresistas
La Conferencia Lambeth, es una convención de obispos de la Comunión Anglicana que se realiza una vez por década para aprobar resoluciones.
En la Convención de este año, convocada por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, la comunión presentó un proyecto de convocatoria, un tema que los obispos debatirán y votarán la resolución I:10 de Lambeth.
Esta resolución fue probada inicialmente en 1998, en aquella resolución vio a los obispos rechazar “la práctica homosexual como incompatible con las Escrituras”.
Ahora, el “Llamamiento a la dignidad humana” declaró: “Es la mente de la Comunión Anglicana en su conjunto que el matrimonio entre personas del mismo género no es permisible”.
Pero la comunidad LGBT reaccionó presionando a los obispos, y la comunión ahora se ha visto obligada a cambiar su postulado inicial.
“Dada la política anglicana, y especialmente la autonomía de las provincias, existe desacuerdo y una pluralidad de puntos de vista sobre la relación entre la dignidad humana y la sexualidad humana. Sin embargo, experimentamos la salvaguarda de la dignidad al profundizar el diálogo", dice ahora la convocatoria.
“Es la mente de la Comunión Anglicana como un todo que 'todas las personas bautizadas, creyentes y fieles, independientemente de su orientación sexual, son miembros de pleno derecho del Cuerpo de Cristo y deben ser acogidas, cuidadas y tratadas con respeto' (I10, 1998).
“Muchas Provincias continúan afirmando que el matrimonio entre personas del mismo sexo no es permisible. La Resolución de Lambeth I10 (1998) establece que no se puede recomendar la 'legitimación o bendición de uniones del mismo sexo'. Otras Provincias han bendecido y acogido la unión/matrimonio entre personas del mismo sexo después de una cuidadosa reflexión teológica y un proceso de acogida.
“Como obispos seguimos comprometidos a escuchar y caminar juntos en la mayor medida posible, a pesar de nuestro profundo desacuerdo sobre estos temas”.
Jayne Ozanne, directora de la Fundación militante LGBT "Ozanne", quien se unió a otros activistas y clérigos para escribir una carta para protestar por el llamado anti-LGBT, dijo: “Me complace ver que el arzobispo de Canterbury finalmente accedió a reflejar el realidad de la Comunión Anglicana y ha eliminado cualquier llamado a reafirmar una resolución de 24 años que ha sido fuente de tanto dolor y dolor".Sin embargo, lo que no tenemos es ninguna explicación o disculpa de por qué se hizo un movimiento tan polémico en primer lugar.
Los anglicanos no parecen tener la lucidéz doctrinal para afrontar la inflitración progresista, que tiene el control en la práctica, de la Iglesia.
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