¿Debemos derribar las estatuas de santos e ídolos de otras personas?
Arrestaron a un hombre que derribó una estatua de la Virgen María, en Nueva York. Michael Manns de 40 años, fue arrestado por la policía local, y lo acusaron de un cargo de delito de odio, y como travesura criminal en tercer grado.
No esta confirmado la motivación del acusado, ni su confesión religiosa o atea. Pero si es cierto, que hay cristianos que apoyan estos actos, amparándose en la historia de Gedeón (Jueces 6:25), quien derribó las estatuas de Baal y Asera.
Primeramente, debemos recordar que nuestro ejemplo directo como cristianos ante la idolatría, es el apóstol Pablo.
El apóstol, estuvo enfrente de cientos de estatuas de dioses cuando estuvo en Atenas (Hechos 17:16-24).
Lejos de derribar las estatuas o detruirlas, iniciando así un tipo de guerra santa, él predicó el evangelio en el aerópago ateniense, mostrándo el único y verdadero camino. Eso no significó que el apóstol no sintiese un gran rechazo al ver la idolatría, y así las escrituras, nos muestran el gran celo que tuvo al verlas, pero que no lo llevó al derribo de dichas estatuas.
"Mientras Pablo los esperaba en Atenas, se indignó profundamente al ver la gran cantidad de ídolos que había por toda la ciudad"(Hechos 17:24).
En el caso de Gedeón, él lo hizo dentro de su propia religión, tal y como Jesús entró al templo y derribó las mesas de los cambistas (Mateo 21:12), que hacían negocio en el templo de Jehová.
Ni Jesús, ni Gedeon, visitaron luego, otros múltiples templos paganos para realizar esa misma acción. Ya que la limpieza y la acción de derribar la idolatría o la corrupción, es adentro de nuestra propia religión, o nuestra propia casa.
Y hay que ser claros.
En la iglesia protestante, hay muchos casos de ex católicos que destruyen los objetos idolátricos que poseían en su casa, tras salirse del catolicismo, y eso, si está bien.
Los objetos ídolátricos son abominables para Dios, y destruir aquellos que poseíamos, es una acción bíblica.
El problema moral, es el acto de ejercer roturas de estatuas en otras religiones, cómo si fuese un tipo de guerra santa, o de doctrina.
Por lo que un cristiano, además de ser acusado de bandalismo por destruir propiedad privada de otros, también incurre en una práctica que no corresponde al cristianismo bíblico, y a la predicación del evangelio.
Procuremos que los sacerdotes católicos que excusan su idolatría, abran sus ojos, y ellos mismos derriben sus objetos que alguna vez idolatraron, o que llevaron a otros a idolatrar.
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